¡Estrategias para gestionar cualquier discusión descontrolada!
Todos nos hemos encontrado en discusiones que acaban en gritos, recriminaciones o lloros…y muchas veces se enzarzan porque no sabemos gestionarlo bien.
Nuestro cerebro emocional, se pone en alarma cuando detecta que estamos en situaciones de peligro , Daniel Goleman, lo llama el secuestro emocional. Nuestra respuesta ante una amenaza puede ser HUIR, ATACAR O BLOQUEO y en esos primeros segundos nuestro cerebro toma la decisión por ti, tu cerebro te controla para salvaguardar tu supervivencia. Es realmente útil cuando hay un peligro real y físico, pero no lo es tanto cuando estamos en una discusión porque el peligro no es tal y las consecuencias pueden ser nefastas.
¿Qué estrategia podemos utilizar para gestionar a otros en situaciones de secuestro emocional?
1- No te contagies. Ves como la otra persona se está alterando, es muy fácil caer en su trampa y dejarse llevar…
Por eso debes obligarte a no entrar en el juego, porque ambos saldréis perdiendo. Debes respirar profundamente 2-3 veces y mantenerte en modo conversación, es decir sin aumentar el tono ni el ritmo. No es el momento de decirle lo que está haciendo mal o lo que tiene que hacer porque no atenderá a razones…
2- Trata a la persona descontrolada, como si fuera un niño grande. Imagina que es un niño que esta secuestrado emocionalmente y que no es capaz de responder racionalmente. No tratarías de controlarlo, sólo dejarías que se le pasara el “calentón”. Es como si fueras un maestro de infantil.
3- el truco infalible: Ralentiza la conversación: Por favor, habla más despacio, quiero ayudarte.
Obviamente acompañado de un tono suave y tranquilo.Funciona muy bien y consigue que la otra persona salga de la zona de secuestro emocional.
4- Ahora sí, habla con su cerebro racional: Le puedes hacer preguntas que le obliguen a pensar en una solución y así relajarse todavía más.
- ¿Qué necesitas que haga?
- ¿Cómo te puedo ayudar?
- ¿Qué sucede? ¿Qué propones?
Dará fin al problema, si te pones a ayudar a la persona o escuchar lo que siente sin que le juzgues.
No es el momento de valorar si está bien o no, de justificarte, de hacerle entender tu situación porque encenderás de nuevo la llama.
5- Una vez en frío, podréis hablar del tema para buscar soluciones y procurar que no se repita.
Puedes utilizar esta chuleta:
- Le preguntas, ¿Qué es tan importante para ti que hace que te enfades tanto cuando…?
- Buscas entenderlo y le preguntas ¿Cómo podemos hacer para que suceda menos?
- Cada uno tiene que poner de su parte. Por ejemplo: tú tienes que hacer una parte y él otro procurar respirar más y captar bien tu atención para hacerte llegar el mensaje sin enfadarte.
Si quieres también puedes ver cómo llevar un buen término de conversaciones difíciles.
Si después de estos tips crees que aún así te va a costar o en tu caso sueles ser la persona que a veces se descontrola, te propongo que pruebes una sesión de coaching sin compromiso conmigo y podamos trabajarlo juntos, así podrás valorar como puedo ayudarte.
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