Un acontecimiento puede tener varias percepciones y estas pueden originar distintas actitudes. La forma como percibes el mundo condiciona tu manera de ver las cosas y reaccionar ante ellas. Por ello, ciertos eventos nos generarán frustración, rabia e impaciencia, mientras que otros reaccionarán de un modo diferente. Como resultado, no vemos el mundo tal y como es, lo vemos tal y como somos.
Te voy a contar una anécdota. Hace unos meses, iba en el autobús sentada en uno de los asientos reservados para mayores, minusválidos, mujeres con niños y embarazadas. Cuando llegó un hombre de unos 60 y me dijo groseramente: no te da vergüenza! Llevaba el bolso en mi barriga porque iba bastante apretado el bus y con la gente no alcanzó a ver que estaba embarazadísima (estaba de 9 meses). Le mostré mi barriga y su furia dio paso a la incomodidad y a la disculpa.¿Qué ha pasado? En el momento en que descubres otra interpretación de la situación tu reacción, puede cambiar parcial o totalmente.
Ciéntificamente se ha comprobado que nuestro comportamiento no tiene porque ser automático y que podemos dar distintas respuestas a un mismo estímulo.
Los objetos son neutros, es la percepción la que les da una valencia emocional, en base a nuestros intereses personales. Las reacciones repetidas a un estímulo establecen patrones de conducta, que a su vez crean marcos de referencia personales que condicionarán la interpretación del próximo evento relacionado.
Fíjate cuando surge un juicio o una expectativa sobre el comportamiento de los otros o de uno mismo y pregúntate:
o ¿Cuál es la interpretación de este hecho que me lleva a sentirme así? ¿cuál es la expectativa tan alta que tengo sobre esto? De dónde sale?
o Tener esta expectativas sobre mí o sobre los demás, ¿me ayuda a ser más feliz, me ayuda a relacionarme mejor con las otras personas?
o ¿Hay otras posibilidades de comprender esto que tanto me irrita o de elaborar una expectativa más realista y, en ese caso, si las considero, cómo cambiarían mi experiencia de este momento?
Si te cuesta, intenta primero llevar la atención a la respiración un par de minutos con el ejercicio de las 20 respiraciones conscientes y vuelve a intentarlo o deja pasar un rato, llevando la atención a otro tema para verlo de nuevo después. A ver si puedes aproximarte desde otro ángulo.
Puedes ampliar con más técnicas en los siguientes posts:
¡Que tengamos un buen día!