En 1997, Arthur Aron, experto en relaciones personales de la Universidad de Nueva York, quería averiguar como dos desconocidos podían llegar a intimar en menos de una hora, el resultado fue que una de las parejas del experimento acabó casándose pocos meses después. El experimento consiste en que un hombre y una mujer heterosexuales y sin conocerse, se sienten cara a cara…