Añade valor a tu trabajo, haz lo tuyo y haz lo que esté en tu mano para hacer la vida agradable a los demás, eso es lo que le da realmente sentido.
Tanto en el libro “Inteligencia comercial” de Lluis Bassat y “las Cartas secretas del monje que vendió su Ferrari” de Robin Sharma, hacen referencia a la profesión de taxista y paradójicamente su gran potencial para hacer de este mundo un lugar mejor. Voy a procurar transmitiros sus mensajes con el mío propio.
Muchos creen que el mejor servicio que puede dar un taxista a sus clientes es llevarlos lo antes posible y para ello hay que ir a toda velocidad. Sin embargo el mejor servicio que un cliente puede recibir, es un servicio eficiente, sentirse a gusto y seguro, e incluso poder personalizar su trayecto…
No es lo mismo un taxi con mal olor, sucio, el aire acondicionado a tope o un calor sofocante, el comentarista de la radio que no calla y dando acelerones y frenazos que ir con un taxista que se preocupa por dónde prefieres hacer el trayecto, si vas bien o mal de tiempo, si prefieres alguna emisora concreta de radio, si la temperatura es la adecuada o que incluso ofrezca servicios como una tele incorporada en el respaldo del asiento delantero para que puedas leer noticias u obtener toda la información de la ciudad, o un cartel en el que te dan la bienvenida y te ofrecen toda tipo de accesorios a tu disposición como un set de costura, de calzado o de aseo.
“Puede que algunos digan que soy un simple taxista. Pero yo no, yo contribuyo a que los visitantes de esta ciudad almacenen recuerdos que enriquecen sus vidas. Tengo la oportunidad de comportarme humanamente con los demás en un mundo donde todos deseamos tener más relaciones humanas. Consigo hacer sonreír a mis clientes y dejarlos mejor de lo que los encontré.
Hazme un favor, imagina por un momento que el trabajo puede ser un vehículo para descubrir todo tu potencial y que además sirve de utilidad a otros seres humanos. No hay trabajos insignificantes, un trabajo puede ser sencillamente un trabajo si así es como lo ves, o puede ser una fuente de aprendizaje, de transmitir pasión, alegría, excelencia y convertise así, en inspiración para los demás.
La mayoría buscamos el reconocimiento de nuestro trabajo en el dinero y en la categoría del puesto, enfocándonos en los resultados y nos olvidamos que haciendo la vida más fácil o haciendo felices a los demás (clientes, proveedores y compañeros), es la mejor manera de prosperar, de tener éxito y de ser nosotros mismos.
Ahí esta la ventaja competitiva, el saber otorgar un mayor sentido a nuestra labor diaria, siendo parte de algo más grande que uno mismo y compartirlo con los demás: no soy un simple taxista, sino que contribuyo a que mis clientes se vayan mejor de lo que los encontré; soy un assistant de marketing y con mi labor aporto la energía positiva a todos los que me rodean, soy dentista y consigo que la gente sonría más…
Como dice Simon Sinek en su teoría del Golden circle, todos sabemos lo que hacemos, la mayoría como lo hacemos pero muy pocos sabemos porque en realidad lo hacemos. Dale un sentido mayor a tu trabajo, tórnalo tuyo y haz lo que esté en tu mano para hacer la vida agradable a los demás.
Tienes que saber que el trabajo perfecto no EXISTE, valora tu trabajo actual
Encuentra el sentido de tu trabajo y espera ver los resultados…
¿Necesitas enfocar mejor tu trabajo y darle sentido? El trabajo es una fuente de aprendizaje constante aunque a veces no lo apreciemos.¡Prueba una sesión de coaching y te ayudaré en tu felicidad profesional!