Algún día te levantarás y no serás la misma persona que eras en tu matrimonio… A veces hay que dar un giro de 180 grados para reanimar la relación.
Son varios los hombres y mujeres que han acudido a mi gracias al coaching para trabajar su matrimonio y relación de pareja o ya ex-parejas… Existen muchos factores en contra de que una relación o matrimonio funcione por muchos años…
Leí hace no mucho un escrito de Traci Bild- (escritora, speaker y emprendedora) y me encantó su historia, dice así (versión resumida):
“Mientras estaba en la profundidades de mi habitación limpiando, encontré una vieja caja de metal LLENA de cartas. Comencé a leerlas una tras otra. Eran cartas de amor que escribí para mi esposo, David.
“Hola lindo, ¿cómo está mi hombre querido, sexy, encantador, romántico, pensativo y amoroso?”
“¡Te extraño tanto que siento que me estoy volviendo loca!”
Todo lo que podía pensar era: ¿Quién es esta mujer?
Al leer sus cartas me sentía celosa. ¡Ella era sexy, divertida, romántica y estaba totalmente enamorada de mi esposo! Me sentía como si estuviese leyendo las cartas de la amante de mi marido aunque la verdad era que no era su amante: estas cartas las había escrito yo misma cuando tenía veinte y tantos. Sentía muchas cosas, pero por sobre todo sentía vergüenza. Esa mujer ya no existía. En su lugar había una mujer de matrimonio de 40 años, madre de dos niños. Una mujer estresada y ansiosa.
Ya no hacía que David se sintiese querido o deseado, sino que era más como un compañero de cuarto o un amigo. Al leer estas cartas, vi como me había perdido a mí misma, a la parte de mí de la que él se había enamorado y con quien se había casado. La mujer actual digamos que tenía muchas cosas que hacer y que estaba bajo mucha presión.
Estaba cansada de estar cansada. Quería recuperar quién era yo y tener lo que ella y mi marido tuvimos, así que me propuse encontrarla.
Lo primero que hice fue esforzarme para divertirme más. Cuando limpiaba, ponía música, me apunté a kick boxing y me iba al columpio con mis hijos.
Luego, comencé a traer esa diversión dentro de mi matrimonio. Comenzamos a bailar en nuestra cocina e ir a pubs, incluso hicimos viajes juntos. Nuestra relación volvió a sus raíces teniendo la diversión como algo central. Lentamente, la mujer con la que David se había casado volvió. La verdad era que ella siempre había estado aquí, sólo que enterrada bajo mucha responsabilidad.”
Recogiendo su escrito, de mi propia cosecha y la de mis clientes, ten en cuenta estos 7 consejos para el matrimonio:
1- Tu pareja es el número uno de tus prioridades y la familia y lo demás rodará con ello. Siempre habrá más cosas que hacer que horas en el día y si nos dejamos llevar, acabaremos separándonos o divorciándonos como el 50% de las parejas. Si tienes a tu pareja al final de la lista o ni la tienes como algo a trabajar, no creo que traiga nada bueno.
2- Ambos estar dispuestos a esforzándonos y no medir quién da más. Debemos estar dispuestos -ambos- a arremangarnos las mangas y ponernos a trabajar. Esto también significa dejar ir nuestro ego o preocuparnos de quien se esfuerza más. Da al otro porque lo quieres, no midas cuánto hace uno y tan poco el otro. Si necesitas más ayuda, hazsélo saber y cómo llegar a un acuerdo.
3- Valorarse en uno al otro en equilibrio. A veces uno trabaja más que el otro, otro aporta más esfuerzo en el trabajo diario de la casa y los niños, otro aporta más a la economía familiar. No importa cómo se distribuyan los roles si ambos estamos de acuerdo y agradecemos y valoramos mutuamente el esfuerzo que cada uno hace. Hay que equilibrar la relación mediante el valorar y el agradecer al otro por lo que hace. Nadie debe sentirse de menos puesto que, NADIE PIERDE SU VALÍA POR HACER O DEJAR DE HACER “X” COSAS, LA PERSONA SIGUE SIENDO LA MISMA. Depende de cómo quieras verlo.
5- Asume tus responsabilidades y comunícate. Me encuentro que vienen a mi, hombres arrepentidos por no haber tomado más las riendas de su matrimonio. Huían de las discusiones y no querían enfrentar problemas, no se posicionaban apoyando a su pareja. El no comunicarte con tu pareja sobre tus problemas, miedos o inseguridades, haces más débil al otro porque parece que siempre estés bien y no dejas que el otro te ayude. Las penas compartidas duelen la mitad y sin embargo si no lo haces, vas destruyendo la relación.
4- Piropea a tu pareja. Si no es todos los días, el 99% de los días, mi pareja me dice lo guapa que estoy o lo bien que me queda algo… Yo quizás lo hago menos, pero muy asiduamente y tiene un gran impacto en la relación.
Las mujeres apreciamos los piropos, en vernos atractivas y los hombres a parte de eso, en alabar sus comportamientos. No es lo mismo que te diga tu marido qué bien has limpiado la cocina que decírselo tú a él… puede que a ti te siente como un cuerno!
5- Pasar tiempo solos. A viváis juntos, lo más probable es que no paséis tiempo de calidad a solas. La norma es, tener una cita los dos solos a la semana o pasar al menos 1h con copa de vino en mano y hablar de lo importante. A nosotros, el pasear un par de horas, siempre resulta muy productivo.
Y si te atreves a hacer estos experimentos, ¡Ya será la bomba!:
¿Cómo disfrutar el tiempo libre en pareja?
¿Cómo enamorarte de otra persona con 36 preguntas?
6- ¡Trae la locura de los 20 en tu matrimonio! No vale siempre cenas y cines… Prueba cosas nuevas!! Pero también vale bailar en la cocina, saltar encima de la cama y preparar sorpresas! Recuperarás jovialidad y sabes que la necesitas!
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